domingo, 5 de febrero de 2012

La inconformidad del trabajador de La Hacienda. Gabriela Hidalgo Méndez




El reparto de las tierras mexicanas por la Corona española es lo que dio origen a lo que se conocen como las haciendas. Eusebio García González, investigador del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana, define el termino hacienda de la siguiente manera, “La zona de la  hacienda, gran propiedad, “latifundio” , explotación de economía cerrada o semi-cerrada o dirigida al mercado local, regional o nacional, a menudo con una parte importante del suelo reservada a la ganadería.” (García) El poseedor de la hacienda o hacendado, no sólo tenía poder sobre la tierra, si no también sobre la fuerza trabajadora. En el presente ensayo se pretende comprender la situación precaria, tanto laboral, como social en la que se encontraban los trabajadores de La Hacienda.Para lograr lo anterior se hará una investigación a través de varias fuentes y diversos autores.

Las haciendas no eran solamente la vivienda de los terratenientes, también eran un hogar para una serie de personas, entre ellos los patrones, administradores, trabajadores y sirvientes. El maestro Galbino de Alba dice en su escrito El pasado de la agricultura en México, “La gran hacienda era así un mundo en sí mismo, con casa solariega, huerta y jardines, almacenes, talleres, establos y corrales, aldea, plaza y capilla.(…)Hacienda y aldea convivieron y evolucionaron, compartieron el mismo espacio, eran mutuamente dependientes, le rezaban al mismo Dios (…), estaban codo a codo en la iglesia el domingo en misa y, sin embargo, generaban culturas diferentes aunque paralelas; (…)” (de Alba) La Hacienda conformaba una sola sociedad, donde cada individuo pertenecía a un nivel diferente y donde el poder máximo se encontraba sobre el hacendado. El autor más adelante menciona que en esta cultura se encontraban varias muestras culturales de importancia, como la charrería, la artesanía y sobre todas las cosas, la profesión a la  religión católica, siendo ésta el único vínculo evidente entre el patrón y sus empleados.

El autor Alan Knight del University of California Press en su artículo Land and society in Revolutionary Mexico: The Destruction of the Great Haciendas, describe cómo las haciendas en el periodo del Porfiriato eran denominadas como “capitalistas” porque eran capaces de producir, vender y obtener ganancias, incluso hubieron algunas que fueron autosuficientes. Sin embargo Alan Knight denota que este “capitalismo” se obtuvo a costa de los trabajadores, “Nevertheless, it is clear from some studies that the Porfirian hacienda, for all its externally “capitalist” appearance, often depended on forms of labor exploitation that were far removed from free wage labor and that, instead, relied on combinations of coercion, corporal punishment, monopoly of land, “paternalism”, and political backup: in other words, on an entire barrage of “extra-economic” mechanisms.”(Knight, 1991) Las formas de explotación de las haciendas no sólo se basaban en maltrato físico o abuso de las horas de trabajo, si no que los hacendados seguían un sistema en el que el pago para sus trabajadores se hacía en bonos los cuales solo podrían ser cambiados en las llamadas tiendas de raya. “La tienda de raya, también era parte típica de las haciendas, en ellas se vendían los productos de consumo a los peones; tela burda, maíz, frijoles, jabón, aguardiente, etc., a precios casi siempre mayores que los del mercado.” (García) Los trabajadores se veían obligados a hacer sus compras en las tiendas de raya, por lo que formar un patrimonio les era casi imposible al tener que pagar precios altos, pero principalmente porque sus pagos no tenían poder adquisitivo en otros lugares que no fueran la hacienda para la que trabajaban. Los hacendados ataban así a sus empleados al no permitirles que mejoraran su economía, inclusive había trabajadores que debían grandes cantidades a sus patrones pues como se dijo con anterioridad, el costo de mantener las necesidades básicas de su familia era bastante elevado.

Este sistema económico favorecía a unos pocos hacendados ricos, dejándolos mantener el poder absoluto sobre sus tierras, ganancias y empleados, pero también era un sistema en el que la fuerza trabajadora se veía explotada. Los mexicanos trabajadores de las haciendas se veían grandemente desfavorecidos por el gobierno y no había ningún tipo de ley que los protegiera ni a ellos ni a sus derechos como trabajadores.

La incertidumbre económica, la imposibilidad para formar un patrimonio, la subvaluación del trabajo y la explotación física y laboral hicieron que los trabajadores de las haciendas vivieran en un estado de inconformidad constante, lo que más adelante en la historia llevó a sublevaciones, revolución, y eventualmente repartición “equitativa” y “justa” de las tierras mexicanas. Con el tiempo las leyes mexicanas se vieron reformadas y los trabajadores lograron obtener leyes que los protegieran de patrones y sueldos injustos.



Bibliografía

Alba, G. d. (n.d.). El pasado de la agricultura en México . Retrieved enero 2012, from Vicerrectoría Académica, ITESM: http://www.itesm.mx/va/deptos/ci/articulos/el_pasado_de_la_agricultura_en_mexico.htm

González, E. G. (n.d.). Las Haciendas en México. Retrieved enero 2012, from Universidad Veracruzana: http://www.uv.mx/dgbuv/PublicacionesInvest/1articulo.pdf

Knight, A. (1991, January). Land and society in Revolutionary Mexico: The Destruction of the Great Haciendas. University of California Press , 76.


No hay comentarios:

Publicar un comentario