domingo, 29 de abril de 2012

Xenofobia y la discriminación de clase hacia los estudiantes de la UMSNH Alonso Medina Miravete


Conozco a cuatro muchachos que fueron detenidos en el operativo contra las Casas del Estudiante de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) la madrugada del sábado 28 de abril.

Ellos son buenos muchachos y siempre han sido estudiantes que destacan en sus escuelas. Vienen de uno de los municipios más marginados de Michoacán a estudiar y superarse. Son ejemplo a seguir por parte de los alumnos de la telesecundaria que sueñan con ser “alguien en la vida”. Qué mejor que estén en las aulas y no en la vorágine de la violencia que se vive en Tierra Caliente.

Hoy son víctimas inocentes de la manipulación política a la que siempre han estado sometidos los movimientos estudiantiles de la UMSNH en épocas recientes; fueron usados como carne de cañón para satisfacer intereses de políticos. Se sabe que año con año, se genera un movimiento de aspirantes y rechazados que aspiran a ingresar a la Universidad y que ahora en vez de seguir con el diálogo, se recurrió a criminalizar a dos centenares de estudiantes cuando los que realizaron los actos vandálicos fueron mucho menos de 10 personas. Para nadie es un secreto que algunos líderes estudiantiles siempre han estado al servicio de los cuerpos de seguridad y espionaje de los gobiernos y que en el futuro se convierten en funcionarios públicos. Los ejemplos y casos concretos sobran y son harto conocidos.

El asunto de fondo en el conflicto de los aspirantes, sigue siendo el nulo interés del gobierno por aumentar la cobertura en la Facultad de Medicina, entre otras licenciaturas que tienen fuerte demanda. En México tenemos menos médicos por cada mil habitantes que países como Cuba (6.4 por 2.89 de México), Georgia, Kazajistán, Uruguay, Líbano, Corea del Norte, Argentina y países desarrollados como Rusia, Italia, Noruega, Suecia, Suiza, Holanda, Islandia, Portugal, España, Suecia, Dinamarca, Francia y Alemania, por mencionar algunos. Si deseamos como país ir resolviendo las desigualdades sociales y el bajo nivel de desarrollo, y en especial en cuanto al déficit en la atención a la salud de los mexicanos, es urgente que existan más profesionales de la salud. Es lamentable que más de 60 millones de mexicanos carezcan de seguridad social.

Lo que me preocupa e indigna en este conflicto estudiantil, es lo se está generando entre los morelianos, en los medios de comunicación y en las redes sociales del internet: la xenofobia y la discriminación de clase hacia los estudiantes de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Las críticas no se enfocan al análisis de los problemas de fondo, sino en su lugar de origen de los muchachos, su posición social y en tratarlos como los peores delincuentes que existen en la sociedad. Las críticas que alguna vez han recibido los extorsionadores, los defraudadores, los violadores, los asesinos de mujeres y los genocidas, no se comparan con el altísimo nivel de odio y linchamiento mediático que hoy están sufriendo estos nicolaitas.

La derecha política, el mismo sábado, salió a defender la actuación del gobierno del Estado, pero en ningún momento  pidió que se respetaran los derechos de los menores de edad detenidos y de los estudiantes, muchos de los cuales fueron golpeados por los policías, entre ellos, uno de mis ex-alumnos. La izquierda electoral guardó silencio. Muchos de los estudiantes detenidos fueron sacados en la madrugada cuando se encontraban dormidos en sus habitaciones. Baste ver los vídeos que circulan en la red, donde se observa la ropa que usaban en ese momento.

No sé que pase en los próximos días con las Casas del Estudiante, pero ojalá la ciudadanía sepa que muchos de esos alumnos detenidos vienen de hogares humildes y son buenos estudiantes, que no tienen malicia política y que son como sus padres, gente de buen carácter, trabajadores, hospitalarios y honestos. Que sepan que muchos jóvenes vienen a superarse académicamente desde sus comunidades donde hay pobreza, marginación, falta de oportunidades de empleo, escasez de servicios básicos. Que comprendan que la Universidad Michoacana ha sido una institución educativa que ha ayudado demasiado en la movilidad social en sus décadas de existencia, que ha aportado a la sociedad con destacados profesionistas, muchos de los cuales han egresado de los albergues estudiantiles.

Si queremos que nuestro país, desgarrado por la violencia de los grupos delincuenciales, se encamine a una sociedad donde exista la paz y la justicia social, es urgente arrancarle al desempleo y a la delincuencia organizada la mayor cantidad de jóvenes, y eso únicamente lo haremos si ampliamos las oportunidades educativas para ellos.

Alonso Medina Miravete  es  licenciado en Economía por la UMSNH, posgraduado en la Universidad Autónoma de Madrid,  actualmente profesor en la SEE.

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